sábado, 20 de enero de 2018

Fragmento: Cartas a un joven poeta (Rainer Maria Rilke)

Cartas a un joven poeta es un libro que reúne la serie de cartas que el poeta en lengua alemana pero nacido en Praga, Rainer Maria Rilke, se envió con el poeta Franz Xaver Kappus. Kappus, quien en aquel momento era un joven desconocido que estudiaba en la escuela militar de Hungría, pedía a Rilke consejo para escribir buena poesía. En total, son diez cartas que van desde 1903 a 1908. Fue este quien decidió publicar las cartas en 1929 tras la muerte del poeta. En estas cartas se tratan temas sobre literatura, estética, religión, espiritualismo, el amor o la ironía, tema acerca del cual extraemos un fragmento.  En éste, Rilke confiesa además cuáles son sus dos libros favoritos.

Fotografía de Rilke en un silla
Rainer Maria Rilke

En la introducción, Kappus dice: «Era en 1902, a fines de otoño. Estaba yo sentado en el parque de la Academia Militar de Wiener Neustadt, bajo unos viejísimos castaños, y leía en un libro. Profundamente sumido en la lectura, noté apenas cómo se llegó junto a mí Horacek, el sabio y bondadoso capellán de la Academia, el único entre nuestros profesores que no fuera militar. Me tomó el libro de las manos, contempló la cubierta y movió la cabeza. “¿Poemas de Rainer María Rilke?”, preguntó pensativo. Y, hojeando luego al azar, recorrió algunos versos con la vista, miró meditabundo a lo lejos, e inclinó por fin la frente, musitando: “Así, pues, el cadete Renato Rilke nos ha salido poeta…”»

Carta Número II.
«Sepa, desde luego, que me causará siempre alegría con cada una de sus cartas. Sólo habrá de ser indulgente con mis respuestas, que quizás lo dejen a menudo sin nada entre las manos. Y es que en realidad, sobre todo ante las cosas más hondas y más importantes, nos hallamos en medio de una soledad sin nombre. Para poder aconsejar y, más aun, para poder ayudar a otro ser, deben ocurrir y lograrse muchas cosas. Y para que se llegue a acertar una sola vez, debe darse toda una constelación de circunstancias propicias.
 
Sólo dos cosas más querría decirle hoy:
 
En primer lugar, algo acerca de la ironía. No se deje dominar por ella, y menos que en cualquier otra ocasión, en los momentos de esterilidad. En los que sean fecundos, procure aprovecharla como un medio más para comprender la vida. Empleada con pureza, también la ironía es pura, y no hay por qué avergonzarse de ella. Pero si usted siente que le es ya demasiado familiar y teme su creciente intimidad, vuélvase entonces hacia grandes y serios asuntos, ante los cuales ella quedará siempre pequeña y desamparada. Busque la profundidad de las cosas: hasta allí nunca logra descender la ironía... Y cuando la haya llevado así al borde de lo sublime, averigüe al mismo tiempo si ese modo de entender la vida brota de una necesidad propia y esencial. Pues entonces, bajo el influjo de las cosas serias, acabará por desprenderse de usted —si es algo meramente accidental—; o bien — si es que realmente le pertenece como algo innato— cobrará fuerza, y se convertirá en un instrumento serio para incluirse entre los medios con que usted habrá de plasmar su arte.
 
Lo otro que yo quería decirle es esto: De todos mis libros, muy pocos me son imprescindibles. En rigor, sólo dos están siempre entre mis cosas, dondequiera que yo me halle. También aquí los tengo conmigo: la Biblia y las obras del poeta danés Jens Peter Jacobsen. Se me ocurre pensar si usted las conoce. Puede adquirirlas fácilmente, ya que algunas de ellas han sido publicadas —muy bien traducidas por cierto— en la “Biblioteca Universal” de las “Ediciones Reclam”. Procúrese los Seis cuentos de J. P. Jacobsen así como su novela Niels Lyhne, y empiece por leer, en el primer librito, el primer cuento, que lleva por título “Mogens”: Le sobrecogerá un mundo; la dicha, la riqueza, la inconcebible grandiosidad de todo un mundo. Permanezca y viva por algún tiempo en estos libros, y aprenda de ellos cuanto le parezca digno de ser aprendido. Ante todo, ámelos: su cariño le será pagado miles y miles de veces. Y, cualquiera que pueda llegar a ser más adelante el rumbo de su vida, estoy seguro de que ese amor cruzará siempre la urdimbre de su existencia, como uno de los hilos más importantes en la trama de sus experiencias, de sus desengaños y de sus alegrías.
 
Si yo he de decirle quien me enseñó algo acerca del crear, de su esencia, de su profundidad y de cuanto en él hay de eterno, sólo puedo citar dos nombres: el del grande, muy grande Jacobsen y el de Auguste Rodin, el escultor sin par entre todos los artistas que viven en la actualidad.
 
¡Que siempre le salga todo bien en sus caminos!».

1 comentario:

  1. Comparto con vosotros un audiolibro de Cartas a un joven poeta.

    Espero que os sirva de ayuda, especialmente a todos aquellos que tengan dificultades para leer.

    https://audiolibrosencastellano.com/ensayo/audiolibro-completo-cartas-un-joven-poeta-rainer-maria-rilke-1929

    Un saludo :)

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